La recurrencia de las sequías en Sinaloa obliga a crear un centro de investigación para la sequía, crear un cuerpo de científicos locales que mantengan al día el comportamiento de este fenómeno, propuso la Alianza para el Desarrollo y Competitividad de las Empresas (ADECEM).
El presidente de esta asociación, Julio César Silvas Inzunza, afirmó que el tema de la sequía es una tarea de científicos, no de los políticos.
Sin embargo, aclaró que sin el apoyo y la voluntad política no se puede avanzar.
Para resaltar la importancia de brindar una atención permanente a este problema que deja huellas económicas de largo plazo, Julio César Silvas comentó que ya son entre 150 mil y 200 mil sinaloenses que ya padecen estrés hídrico, ciclo tras cíclico.
Por tanto, afirmó, es importante que hoy por hoy, en este problema que es la sequía, empecemos a ver el mar de oportunidades que tenemos enfrente para encontrar las alternativas de solución.
El presidente de ADECEM reconoció la actuación del gobernador Rubén Rocha Moya para atender el problema de la sequía, pero advirtió que el Gobierno del Estado por sí solo no podrá resolver el problema.
Para avanzar en distintas soluciones, dijo, se requiere de la participación de todos los sectores sociales y productivos en los diferentes ámbitos que les competen.
“Yo creo –dijo– que es tiempo de voltear a ver a la comunidad científica y que todos asumamos un compromiso en la materia”.
Como ejemplo de lo que se puede hacer con un buen manejo del agua, citó a Israel, país que a pesar de tener zonas desérticas, ha logrado hacer producir la tierra, no obstante la escasez de agua.
Se puede avanzar también, agregó, en el tratamiento de las aguas negras que se generan en las ciudades para volverlas a reutilizar en el riego de las siembras agrícolas.
De igual manera, añadió, se debe avanzar más en el combate a la deforestación, de manera tal que si hay que derribar o talar un árbol, sea obligatorio sembrar otro.
Julio César Silvas puntualizó que enfrentar las sequías es obligado, pues su impacto no se limita al sector agrícola, que deja de sembrar grandes superficies o sus cultivos se pierden por falta de riego, sino que también impacta negativamente en el sector ganadero, pues el ganado pierde peso y en consecuencia también se debe vender más barato.
Todas esas pérdidas, agregó, impactan en lo económico, y adicionalmente también hay efectos negativos en la salud humana por la falta de agua suficiente y de calidad.