Ante el marcado desplome de la productividad en las grandes empresas, y la permanencia en sentido negativo de las empresas medianas y pequeñas, se hace un exhorto a empresarios y empleados a buscar juntos cambiar esta situación porque no hacerlo pone en juego el futuro de las empresas y el empleo.

Lo anterior lo señaló el comisionado presidente del Empleo de la Alianza para el Desarrollo y Competitividad de las Empresas (ADECEM), Jesús Iván Hernández Calderón, quien reconoció que las microempresas son las únicas que han logrado crecer en productividad.

Las microempresas en México, precisó, de tener una productividad negativa del 10.6 por ciento en 2015, para el 2020 dieron un giro y registraron una productividad positiva del 2.0 por ciento.

Explicó que estas cifras tienen como fuente el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

Si nos vamos a la empresa pequeña, añadió, de tener en 2015 una productividad de menos 14 porciento, para 2020 bajó a menos 11.5 por ciento, que si bien es una mejoría, lo cierto es que seguimos en números negativos.

“Sin embargo, donde está el verdadero foco de atención –advirtió–, es en la empresa mediana y la empresa grande. En la mediana prácticamente se quedaron las mismas cifras, pues de -19.6 se pasó a -19.5 por ciento en el mismo periodo señalado, y es la grande la que más preocupa ya que en el 2015 la productividad laboral era de menos 44.7 por ciento, y en 2020 cerró con un espantoso menos 66.6 por ciento”.

Jesús Iván Hernández, remarcó que estas cifras son para hacer un atento llamado a la sociedad, a todos los empresarios y a todas las personas que colaboran en las empresas a buscar juntos cómo aumentar la productividad.

“No solamente está en juego el futuro del empleo, está en juego también el futuro de las empresas. No hay que olvidar que sin empresas no hay empleos y sin empleos no hay empresas”, dijo.

Productividad, explicó, es buscar la eficiencia, es hacer más con los mismos recursos que tenemos, o si no es posible hacer más con los recursos que tenemos, entonces reducir estos recursos, que son costos, que son gastos…

Observó que en ocasiones se reducen los empleos para reducir costos, pero aclaró que ésta es la peor de las soluciones que se pueden tomar porque cuando se decide despedir a una persona se sabe que se van a generar afectaciones a las familias que dependen de ese sustento.

Pero también, dijo, la empresa va a sufrir una afectación muy fuerte porque con las liquidaciones, entre quitando polvo y paja, pues se va a ver una recuperación hasta dentro de cinco meses, lo que hace ver al recorte de personal que no es una solución a corto plazo.