Con excepción del sureste mexicano, la economía nacional registra un desacelere o estancamiento, que se explica por la sequía actual y el desaliento que genera, la fortaleza del peso que se traduce en pérdida para quienes exportan y la caída de los precios de los granos en la Bolsa de Chicago.
Lo anterior lo expresó el presidente de la Comisión de Industria de la Alianza para el Desarrollo y Competitividad de las Empresas (ADECEM), Miguel Loredo, en reunión de trabajo en que se tomó protesta al empresario Baltazar Castro Blanco, como presidente de la Comisión de Responsabilidad Social.
La toma de protesta estuvo a cargo del presidente de ADECEM, Julio César Silvas Inzunza, quien resaltó de Castro Blanco, además de su actividad empresarial como presidente del Grupo Serdi, su labor social al frente de diversos organismos como Shriner y Club Rotario Oriente.
El nuevo presidente de comisión de ADECEM, Baltazar Castro, expuso que es un gran honor que se le asigne esta responsabilidad, pues este tipo de comisiones vienen a engrandecer a los empresarios, a las autoridades gubernamentales y a la misma sociedad por la vinculación que se establece para apoyarse en todas las áreas y lograr resultados diferentes
En su intervención, Miguel Loredo expuso que tradicionalmente en el último año de cada administración federal se registra una reactivación de la economía, lo cual ahora no sucede, con excepción del sureste del país, donde se construyen varias obras de gran envergadura, como el Tren Maya y la refinería de Dos Bocas.
En el plano estatal reconoció que el gobernador Rubén Rocha Moya busque apoyar a los productores agrícolas, pero advirtió que hay factores en contra, como la falta de agua en las presas para el riego agrícola, así como los bajos precios de los granos en el mercado internacional.
De la fortaleza del peso mexicano en el mercado cambiario, advirtió que para muchas empresas que exportan, en realidad les está golpeando, pues de haber hecho planes de comercialización con un tipo de cambio de entre 20 y 22 pesos por dólar, ahora tienen que trabajar con una paridad de poco más de 16 pesos por cada divisa, lo que implica una pérdida de casi seis pesos por cada billete norteamericano.