Ocho de cada 10 empresas son micros y pequeñas empresas de autoempleo cuyos márgenes de utilidad son muy reducidos, que para mantenerse en el mercado requieren de ser más eficientes y mejorar las buenas prácticas y eliminar como opción castigar a sus clientes con aumentos en sus productos o servicios.
Lo anterior lo señaló Miguel Loredo López, presidente de la Comisión de Industria de la Alianza para el Desarrollo y Competitividad de las Empresas (ADECEM), que preside Julio César Silvas.
A todas estas empresas en su mayoría de autoempleo, aun cuando algunas puedan contratar a algunos trabajadores, les recomendó una serie de acciones a realizar para ser más eficientes y poder mantenerse en el mercado.
“El cliente ya no aguanta que se le saque más de la bolsa, la rentabilidad se tiene que sacar a partir de las buenas prácticas y de muchas cosas que tiene que hacer el empresario”, remarcó.
De lo que se debe hacer, consideró que todo empresario, del tamaño que sea– de un centro comercial o una taquería o un abarrote—debe tener un absoluto control de los costos.
Todos los días, advirtió, estarán al borde del abismo por un costo oculto, un costo indirecto o un sobrecosto.
Otra recomendación, añadió, es conocer perfectamente bien el contexto en el que opera la empresa, lo que implica conocer al cliente profundamente, al proveedor y por supuesto a todo lo que estén en su entorno.
Conocer el contexto, puntualizó, permite al empresario tener bien claro qué quiere hacer, cómo y cuándo.
Lo importante de ello, observó, es que permite tomar decisiones buenas a tiempo, pues toda decisión buena que se tome un día después, se convierten en malas decisiones.
Aclaró que esas malas decisiones tienen mucho que ver frecuentemente con el manejo inadecuado de sus responsabilidades con las diversas autoridades gubernamentales.
Esto último, añadió, es lo que debe fortalecer todo empresario, y simplemente es atender el clima de seguridad, el impacto ambiental y todo lo que tiene que ver con el desarrollo de las empresas.
Miguel Loredo expuso que también se debe trabajar siempre en la capacitación.
“Cuando alguien dice que ya lo sabe todo, es porque ya va en caída libre. El conocimiento es tan extenso que cualquier niño lo puede dejar uno mal parado”, advirtió.
La capacitación, dijo, permite ver problemas que no ven venir quienes no se capacitan y sucumben cuando éstos llegan.
Finalmente, dijo, todo empresario debe cuidar sus ingresos y utilidades, y debe buscar reinvertirnos en los primeros siete años para que se puedan consolidar.
Señaló que el error más común de los empresarios, es que cuando empiezan a tener utilidades empiezan a gastarlas en compra de autos y otros bienes que no tienen nada que ver son la empresa.