Con espíritu emprendedor desde los seis años, cuando vendía dibujos elaborados por él, actividad que en la adolescencia se incrementó y comenzó a focalizarse en la computación y la programación, José Carlos Castro hoy es un empresario que trabaja con inteligencia artificial, atiende el mercado nacional y se expande en tres estados del vecino país del norte.
Su producto estrella, Lucci, desarrollado en dos versiones, atiende tanto a micro y pequeñas empresas como a medianas y grandes organizaciones. Ayuda a la atención de clientes, ya que responde automáticamente llamadas de voz, mensajes de WhatsApp, agenda citas y da seguimiento a prospectos.
Egresado del Tecnológico de Monterrey y con una maestría cursada en Alemania, José Carlos decidió aplicar lo aprendido en el desarrollo de inteligencia artificial generativa, para lo cual ha emprendido diversos proyectos.
Sin embargo, el emprendimiento le viene desde niño, cuando a los seis años recibió una moneda de un peso por un personaje de Los Caballeros del Zodiaco que había dibujado.
A los 14 años le compraron una computadora usada. Quien se la instaló le dijo que no le tuviera miedo al artefacto, al tiempo que le daba un manotazo al monitor, lo que lo motivó a meterle mano y repararla cuando se descomponía. Esto, finalmente, lo llevó a ofrecer el servicio de mantenimiento de computadoras y, a la par, vender partes de las mismas.
Al ingresar al Tec de Monterrey, reafirmó su gusto por las computadoras, sobre todo por el desarrollo de aplicaciones, de modo que su primera empresa, en sociedad, la constituyó en 2004, recién graduado como ingeniero en sistemas de información, con apenas 22 años de edad.
La empresa se llamó Autoagente, dedicada al rubro de la publicidad en medios impresos y que posteriormente digitalizó casi al 100 por ciento, al contar con una página web y un modelo muy similar a lo que es AutoTrader, empresa norteamericana con muchos años publicando anuncios clasificados de vehículos.
También incursionó en un giro diferente, la venta de helados de yogur, de la cual se separó para dedicarse de lleno a lo suyo: las empresas de tecnología.
En este inter, José Carlos se fue a estudiar una maestría en informática en Alemania, gracias a una beca que estuvo buscando insistentemente durante tres años, hasta que lo logró.
A su regreso a México inició una nueva empresa dedicada al desarrollo de software y aplicaciones móviles, a la que denominó Hunabsys, que operó de 2010 a 2019. Esta empresa se fondeaba con recursos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), hoy desaparecido, ya que concursaba con diversos proyectos de desarrollo de software y obtenía financiamiento, además de generar ingresos propios al contar con varios clientes.
Sin embargo, Conacyt dejó de fondear a emprendedores y, justo en 2019, José Carlos construyó una nueva empresa del mismo giro, llamada Intellion, gracias a la participación de un inversionista de Culiacán.
La apuesta fue ofrecer videocámaras con inteligencia artificial, un proyecto original de Hunabsys que había sido considerado un subproducto, ya que no se había terminado.
Lograron colocar 120 videocámaras en el Gobierno del Estado de Sinaloa, desarrolladas de acuerdo con las necesidades del cliente, por lo que no se diseñaron como un producto para ser lanzado al mercado abierto.
Posteriormente buscaron un producto final, también basado en videocámaras, para llegar a empresas privadas, y eligieron a las gasolineras, con el objetivo de que estas tuvieran mayor contacto con sus clientes, además de un mejor control de las instalaciones y del personal.
En este proceso se encontraban José Carlos y su socio cuando llegó la pandemia de la COVID-19 y todo parecía venirse abajo. Entraron entonces otros inversionistas, lo que alteró el esquema de trabajo y la sociedad existente, por lo que José Carlos decidió vender su parte y fundar una nueva empresa, que mantiene hasta la fecha y que se dedica al desarrollo de soluciones basadas en inteligencia artificial generativa.
Su producto estrella es Lucci, en sus dos versiones, el cual se liberó apenas hace cuatro meses. En ese tiempo ya se trabaja con 38 clientes, se tiene presencia en cuatro estados de México y en tres estados de Estados Unidos.
Gracias al éxito de este producto, José Carlos señala que el personal contratado tiene muy buenos ingresos e incluso existe la posibilidad de que, en el corto o mediano plazo, puedan mudarse a Estados Unidos.
Lucci es una solución atractiva para tiendas en línea, compañías inmobiliarias, negocios del sector salud, comercios y otros giros.

