Gustavo Alfaro Rojo es un empresario de larga trayectoria, con diversos emprendimientos que van desde productos de limpieza, despensas alimenticias y salsas, hasta su incursión actual en alimentos nutritivos que ayudan a enfrentar problemas crónico-degenerativos tan comunes como la diabetes, el sobrepeso y las enfermedades cardiovasculares.
En su recorrido a lo largo de siete décadas de vida, destaca que hoy su apuesta es alcanzar un sueño compartido por muchos desde hace mucho tiempo: dar valor agregado a los productos que se cosechan en la fértil tierra sinaloense.
Pero también advierte que, para que Sinaloa despegue en su desarrollo económico, se requiere la suma de esfuerzos de todos los sectores productivos, del sector público y de las instituciones de educación superior.
Su nueva apuesta empresarial se llama Bioava Natura, un concepto de producción de suplementos y alimentos saludables que va más allá: busca establecer centros de nutrición donde se brinden terapias y orientación a la población en general sobre el buen comer, además de ofrecer un amplio abanico de productos para diversos padecimientos.
“Buscamos facilitar el acceso a opciones seguras, confiables y altamente nutritivas que fortalezcan la alimentación diaria, optimicen la función metabólica y contribuyan a la prevención de enfermedades crónicas relacionadas con el estilo de vida”, explica.
Gustavo Alfaro es Ingeniero Químico de profesión, carrera que eligió desde sus estudios prevocacionales y que, al concluirla, fue premiada por su padre con una Maestría en Administración de Empresas en la Universidad de Arizona.
Con la maestría concluida, se fue a “picar piedra” a la Ciudad de México, donde logró ingresar a la empresa llantera Uniroyal. En menos de 12 meses llegó a ocupar un cargo directivo de alto nivel.
“Yo le debo mucho a Uniroyal porque me ayudó en parte a ser lo que soy. Ahí te enseñan a trabajar por resultados, a ser derecho y a ser honesto”.
Sin embargo, por cuestiones familiares, Gustavo regresa a Sinaloa y logra incorporarse como director de Sistemas y Métodos en el Gobierno del Estado.
Aun con un buen puesto y buen sueldo, su espíritu emprendedor lo llevó a iniciar una empresa dedicada a la venta de artículos de limpieza, llamada justamente La Casa de la Limpieza.
Ya como empresario, se afilió a Canacintra Culiacán, delegación de la que llegó a ser presidente durante el periodo 2000-2001, etapa en la que impulsó la creación de parques industriales y promovió la Expo Industrial Forja, que recibía a una gran cantidad de visitantes.
Recuerda que la última exposición se montó junto al estadio de los Tomateros de Culiacán, gracias al apoyo de Juan Manuel “El Chino” Ley, a quien describe como un hombre visionario. “Creo que esa es la parte fundamental de los sinaloenses: debemos unirnos, trabajar juntos y apoyarnos”.
“Y creo que todavía a esa parte le debemos mucho. Aún no nos hemos organizado ni unido para darle valor agregado a lo que producimos en Sinaloa”.
Lo explica con un solo producto agrícola: el maíz.
“No tenemos idea de las tantas industrias que puede generar el maíz. Darle valor a las cosas no es meter industria; es transformar el producto en una necesidad que alguien tiene”.
Aquí puntualiza: “Deberíamos estar fabricando aquí todos los equipos para alimentos; aquí debemos formar ingenieros preparados para eso, y hacer que la transferencia de tecnología sea algo vivo y cotidiano”.
Dentro de la trayectoria empresarial de Gustavo Alfaro también está el empaquetado de despensas alimenticias. Posteriormente abrió la fábrica de salsas El Yauco, cuyo concepto original era la elaboración de comidas, pero que después evolucionó hacia salsas para consumo en casa.
Intentó colocarlas en cadenas de supermercados de Estados Unidos, pero la falta de financiamiento para su comercialización lo llevó a desistir y vender la fábrica, que, por cierto, sigue operando con éxito.
En 2018 inicia su actual empresa, Bioava Natura, que maneja proteínas derivadas de granos como garbanzo, chía, amaranto, maíz y otros.
La marca cubre un amplio abanico de productos, entre ellos:
Bioava Mix, una harina para preparar hot cakes y diversos productos de panadería, con la ventaja de no contener gluten, saborizantes artificiales ni colorantes, pero sí fibras, ácidos grasos, proteínas, minerales y vitaminas.
Bioava Protan, ideal para preparar licuados, atoles, natillas, tamales y tortillas.
Otro producto es Hummus Mix, que se prepara con agua, limón y un chorrito de aceite. Puede elaborarse como una crema ligera o con mayor consistencia, similar al requesón. Es altamente nutritivo, rico en fibra, contiene todos los componentes del ajonjolí y es completamente natural.
“Estos productos —dice— los estamos desarrollando en una plataforma que saldrá en enero de 2026 para venderlos en todos lados.
Vamos a empezar en México, después en Estados Unidos y, con el tiempo, si podemos ir a otros mercados, lo haremos. Pero iniciaremos aquí, en Sinaloa, a través de plataformas digitales”.
Por lo pronto, su fábrica se ubica en el área rural de Culiacán, en la comunidad de Mezquitita, sindicatura de Imala, región donde planea construir un centro de nutrición al que la gente de Culiacán pueda acudir, recibir tratamientos, terapias y pláticas sobre el buen comer, y regresar tranquilamente a sus hogares.

