Los altos costos de producción y el contrabando de camarón ecuatoriano está impactando negativamente en la acuicultura y pesca tradicional ribereña y de alta mar, y pese a que se hacen gestiones ante autoridades éstas no pasan de buenas intenciones.
Ello lo señalaron Carlos Urías Espinoza y Juan Carlos García, presidente de la Confederación de Asociaciones Acuícolas del Estado de Sinaloa y gerente de la Cámara Nacional de la Industria Pesquera y Acuícola (Canainpesca), respectivamente.
En conferencia de prensa del CORE 33 (Colectivo de Organizaciones y Empresarios) cuyo presidente en turno es Pedro Villarreal, tanto Urías Espinoza como Carlos García, demandaron más atención de las autoridades con políticas incluyentes que generen mejores condiciones para poder desarrollar con más resultados la pesca y la acuicultura.
Juan Carlos García precisó que la mayor ancla que impide avanzar al sector pesquero es el costo de los combustibles.
Aclaró que no se piden subsidios, sino simplemente que se considere las necesidades reales de la actividad pesquera y que ello se refleje en el presupuesto gubernamental.
Para el caso de las grandes embarcaciones pesqueras que salen a altamar, expuso que para el primer viaje para la captura de camarón se tiene que invertir hasta un millón 200 mil pesos en diésel.
“Las condiciones son que el energético, que es el más caro, tenga un precio que nos haga competitivos”, dijo.
Carlos Urías Espinoza expuso que para el sector acuícola el mayor reto es el contrabando de camarón proveniente de Ecuador, donde el litro de diésel tiene un costo de apenas seis pesos, que es mínimo si se compara con los 20 pesos que cuesta en México.
“Henos hecho muchas gestiones que hasta ahorita no pasan de gestiones y de buenas intenciones de quienes les corresponde atendernos”, lamentó.
Incluso advirtió que la situación que se vive en el camarón también se replica en la tilapia.
Además, advirtió que de manera ilegal está entrando mucho camarón de Ecuador, al que se le ha encontrado en diferentes estados del país, y advirtió que ello es por la corrupción que existe.
Para enfrentar esta situación, han solicitado ser “observadores sin costo” en las aduanas donde cruzan las mayores importaciones.
Asimismo, dijo, se solicita a las autoridades que inspeccionen los frigoríficos de los grandes importadores para constatar la legalidad de las importaciones.
Debido a ello, expuso el camarón de talla 41-50 ya ha perdido precio, pues de cotizarse a 165 pesos el kilo ya se estima se venda a 150 pesos, cantidad que está por debajo de los costos de producción.