Sinaloa productivo y resiliente

Empresas resilientes: el nuevo sello de competitividad en Sinaloa

En un entorno donde los fenómenos naturales y las contingencias humanas ponen a prueba la capacidad operativa de las empresas, la prevención se ha convertido en una ventaja competitiva.

En Sinaloa, el Instituto Estatal de Protección Civil impulsa un distintivo que busca reconocer a las “empresas resilientes y más seguras”, aquellas que han asumido la cultura de la prevención como parte de su modelo de gestión.

El programa no solo reconoce el cumplimiento de la ley, sino una visión empresarial moderna: cuidar a las personas, proteger el patrimonio y garantizar la continuidad del negocio.

“La finalidad de estos programas de reducción de riesgos tiene una finalidad, cuidar las personas y la planta productiva”, explica Roy Navarrete Cuevas, director del Instituto Estatal de Protección Civil.

En entrevista, Navarrete recuerda que la protección civil en México tiene ya un camino consolidado. “Nuestro Sistema Nacional de Protección Civil tiene prácticamente 40 años. Nace la primera ley en el año 2000 y la segunda en el 2012. En el 2012, particularmente el artículo 39 de la Ley General de Protección Civil, le pide a las empresas dar cumplimiento con un programa interno de protección civil”.

Ese marco jurídico derivó en la obligación de que toda empresa, grande o pequeña, adopte programas internos de reducción de riesgos. Pero más allá de lo legal, el funcionario subraya el valor productivo y humano que esto implica. El nuevo distintivo, señala, es una forma de reconocer la gobernanza: la interacción efectiva entre sociedad, gobierno e iniciativa privada.

“Con este distintivo buscamos nosotros impulsar al empresario, a la empresaria, que cuenten con las medidas de seguridad. Es un reconocimiento no solamente a dar cumplimiento con la ley, sino también a la responsabilidad social, al cuidado y protección de sus colaboradores, pero también al cuidado y protección de la parte de la industria”, apunta Navarrete.

La visión es clara: una empresa preparada no solo protege a su gente, sino que protege su futuro. “La prevención es la madre de la seguridad”, enfatiza el titular de Protección Civil.

El distintivo se otorgará junto con la Secretaría de Economía a aquellas compañías que acrediten estándares en capacitación, simulacros, protocolos de evacuación y mecanismos internos de auxilio y recuperación.

El impacto de estos programas trasciende las instalaciones empresariales. “Estamos invitando a que lo que se aprenda dentro de los programas preventivos se lleve también a los hogares”, comenta. El Instituto promueve el Plan Familiar de Prevención y Emergencias en el Hogar, con el propósito de que las lecciones aprendidas en las empresas —primeros auxilios, combate de incendios, evacuación— se repliquen en las familias.

El objetivo es que la prevención se vuelva una práctica cotidiana, no un protocolo burocrático. “Porque es muy difícil tener a bomberos afuera de mi negocio o a Protección Civil… se trata de que se autoprotejan y se autocuiden”, explica.

“La resiliencia es la capacidad de resistir, adaptarse y sobreponerse ante cualquier circunstancia”, define Navarrete, quien enfatiza que esa capacidad es hoy una necesidad para las empresas que enfrentan fenómenos naturales cada vez más intensos y riesgos derivados de su propia operación.

“Desde una taquería hasta la empresa más grande, para nosotros va a ser el mismo trato, la misma asesoría, el mismo acompañamiento” , enfatiza. Con ello, la prevención se democratiza: cualquier negocio puede acceder al distintivo si acredita su compromiso con la seguridad y la gestión del riesgo.

Navarrete Cuevas destaca que, en Sinaloa, la cultura de la prevención comienza a ganar terreno dentro del sector empresarial. Cada vez más compañías acuden de forma voluntaria al Instituto Estatal de Protección Civil para implementar programas internos de seguridad que fortalezcan sus operaciones. Este compromiso refleja una conciencia creciente sobre el autocuidado y la responsabilidad social en los entornos laborales.

Esa actitud preventiva ha demostrado tener efectos directos en la productividad y el clima organizacional. La capacitación del personal no solo mejora la respuesta ante emergencias, sino que también eleva la moral interna. Los trabajadores se sienten valorados, protegidos y tomados en cuenta, lo que refuerza su sentido de pertenencia y confianza hacia la empresa.

Sinaloa se perfila como un posible referente nacional en materia de resiliencia. La gestión del riesgo busca dejar atrás el enfoque reactivo y convertirse en un eje de planeación estratégica. Desde el diseño de las instalaciones hasta la administración financiera, se plantea incorporar la prevención como un principio estructural, partiendo de la idea de que los desastres no son fenómenos naturales, sino consecuencias de factores sociales y humanos que pueden mitigarse.